El miedo a lo desconocido o la ansiedad frente a situaciones potencialmente peligrosas son respuestas habituales en ámbitos quirúrgicos. Estudios señalan que el tratamiento psicológico previo puede permitir la disminución de la estadía hospitalaria, disminución importante de la ansiedad (predictor clave de recuperación), menos dolor, menor necesidad de analgésicos, mejor preparación para el alta, mayor satisfacción con la atención recibida y una percepción más positiva de la experiencia hospitalaria.