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A través de este estado de conciencia, podemos llegar a las estructuras cerebrales responsables del malestar o sufrimiento padecido por el paciente, las cuales normalmente no se encuentran en la corteza racional, sino en estructuras más profundas y emocionales.
En numerosas ocasiones escuchamos expresiones del tipo “sé que debería dejarlo, pero no puedo”, “sé que no es bueno para mí, pero…”, “mi parte racional lo entiende, pero no sé qué me pasa”. ¿Trabajar a nivel racional un conflicto que se encuentra en el terreno emocional es lo más adecuado? Para poder llegar a él, la hipnosis es una herramienta muy útil y efectiva, ya que nos permite conectar con la raíz del conflicto, esa de la que muchas veces ni siquiera somos conscientes.
Aspectos a tener en cuenta sobre la hipnosis / mitos:
- Aunque el profesional debe valorar si es la adecuada, no se trata de una técnica peligrosa ni puede dejar a la persona “enganchada” en un trance.
- Es una técnica neutra que nos permite acceder de forma más rápida a los momentos importantes de la vida del paciente, ayudando así a acortar los tiempos de terapia.
- La hipnosis no es mágica, es una técnica a utilizar dentro de una terapia más amplia.
- Nunca va a hacer el paciente algo que no quiera hacer, ya que es consciente en todo momento de lo que está pasando.
- No se puede hipnotizar a nadie en contra de su voluntad ni el sujeto queda bajo el control del hipnotizador.
- No es cierto que una alta capacidad de ser hipnotizado sea sinónimo de voluntad débil ni de poca inteligencia.
- No provoca un “estado” similar al del sueño, ni el paciente está dormido.
- La hipnosis no puede explicitar o agravar psicopatologías “latentes” de la persona. Y tampoco puede desarrollar alteraciones psíquicas en los individuos sanos.
